martes, 10 de abril de 2012

HAMBRE CERO, TIERRA CERO

Imagen  de Noticias Emisoras Unidas.



HAMBRE CERO, TIERRA CERO

Dr. Carlos Arriola Monasterio
Director Médico Dispensario Bethania Jocotán, Chiquimula
Miembro de la Mesa RRD


Como buenos guatemaltecos, que creemos y nos ilusionamos con los cambios, -aunque al final se quede en ilusión sin cambio-, vimos con beneplácito que este gobierno en el corto plazo sacó a la luz pública su iniciativa para reducir la desnutrición crónica, el Programa “Hambre Cero”, con un presupuesto desorbitante calculado por el titular de la Secretaria de Seguridad Alimentaria (SESAN) en dos millardos de quetzales.

Siempre nos enseñaron los profesores de la Universidad San Carlos de Guatemala, “sino proponen no critiquen”, “tenemos que ser ejemplo para el país, un país donde todos tienen la facilidad de destruir pero no de construir”

Pero lastimosamente en nuestra querida Guatemala si no hay compadrazgos políticos la voz de la propuesta se queda en el más grande silencio donde solo es acompañada por el llanto débil de los niños hambrientos prestos a morir.

Con este programa dijo el Presidente del país se reducirá en un 10% la desnutrición crónica, esta sí que es una meta, una súper meta, que sin lugar a dudas no es coherente ni con la realidad del país ni con los recursos disponibles y mucho menos con las estrategias paliativas.

En el informe “Análisis situacional de la malnutrición en Guatemala, sus causas y abordaje" publicado en el 2011, Guatemala PNUD expone Palmieri y Delgado,  que la tendencia a la disminución en desnutrición crónica que se observa en Guatemala, expresada en puntos porcentuales reducidos por año es de 0.5 punto porcentual, desde 1965 al 2008, entonces cabe la pena cuestionarse ¿cómo se logrará la reducción del 10 %?


Se dará suplemento nutricional a las madres y a los niños y niñas en los primeros 1000 días, que claramente son los más críticos y necesarios para el desarrollo de los infantes, pero la realidad y experiencia obtenida por más de 20 años de trabajar en poblaciones de extrema pobreza y de altas tasas de desnutrición, como es Jocotán, indica que una madre con 5 hijos/as no es capaz de dar alimento solo a uno, sea el alimento que sea lo comparte con los demás.

Luego la súper tortilla o harina fortificada, los expertos en su elaboración  no toman en consideración la cultura de los guatemaltecos, que aunque nos critiquen y nos digan mil veces que cultivar maíz es muy caro y que es más fácil comprarlo, no entienden que toda la fase de siembra, cuidado y obtención de cosecha lleva implícita una relación de vida, de alegría y sobre todo de pertenencia que difícilmente puede ser superada por otra harina.

Pero lo que no tocan los expertos es la tierra.  Tal como se ve en la fotografía:





Una tierra árida, con una pendiente extrema, sin agua y con una agricultura dependiente de la lluvia, a una temperatura de 36º centígrados y sin abono, ya que el fertilizante que entregan los alcaldes únicamente es para su grupo de seguidores y súbditos leales que oprimen a sus hermanos campesinos y los manipulan para seguirlos teniendo dominados.

Ante este panorama desolador ¿el programa hambre cero será efectivo? Cómo, sino se toma en cuenta el tema de la tierra. No hay acceso a la tierra y por lo tanto todo lo que conlleva esta carencia, por ejemplo la falta de crédito por no tener certeza jurídica de las propiedades, entonces se dedican a una agricultura de subsistencia.

No se puede hablar de disponibilidad cuando las características de nuestro país son: Priorización de exportación de productos no tradicionales, Utilización de tierras para producción de bienes de agroexportación, Disminución de alimentos para autoconsumo, producir para vender; todo esto tiene relación directa con la tierra y el tipo de tierra.

Si se habla del triángulo de la dignidad, de que dignidad se trata, ¿de las grandes empresas que han bombardeado hasta la más recóndita aldea para vender alimentos frituras, aguas gaseosas y tarjetas telefónicas? ¿provocando que el gasto en los alimentos se diluya por el efecto psicológico de una publicidad desmedida y consumista? Se juega con la ignorancia de la gente, con el mismo fruto de la desnutrición crónica, donde no es por negligencia que las personas no aprenden, es por la misma secuela fisiológica de una población que perdió todo su intelecto y que ahora se vuelve presa fácil de los mercenarios mercantiles que se hacen más ricos a expensas de los más pobres cambiando radicalmente el tipo de consumo y luego culpando a la misma población por no saber elegir bien lo que comen.

Y finalmente, hablar de la utilización biológica de los alimentos, sistemas gastrointestinales que han sido creados con tortilla y café. Que si se brinda leche lo único que genera es diarrea por mala absorción, sin mencionar siquiera los parásitos intestinales que provocan diarrea crónica y se cierra el círculo al no haber sistemas de atención pública para el tratamiento oportuno, sin pensar siquiera en sistemas de prevención como sería la purificación de agua y hacerla apta para el consumo humano, lo cual disminuiría la contaminación y las consecuencias que ésta acarrea.

Por todo lo anterior, no se puede hablar de Hambre Cero, cuando la tierra está también a cero, cuando no se toman medidas estructurales que demuestren por lo menos la intencionalidad de atacar el problema de manera frontal y no abordarlo por las ramas donde sea la misma publicidad la que enmascara la forma de enfrentar un flagelo silencioso que hoy grita la muerte de niños y niñas inocentes, donde su único desmérito fue nacer en este país.



Guatemala, 10 de abril de 2012





2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo con la perspectiva de Carlos. "Hambre cero" además de los aspectos socioeconómicos, socioculturales, de política agraria, de mercado y de salud que menciona el artículo, debe considerar otros aspectos sobre inocuidad de los alimentos, cadenas productivas, uso y aprovechamiento de alimentos, ingesta de micronutrientes y talla-peso-edad, así como la prevención frente a las variantes climáticas locales y el cambio climático global que hacen al país vulnerable a crisis alimentarias recurrentes.

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  2. Buenísimo Carlos, has puesto el dedo en la llaga. El hambre no se quita con pastillitas de ácido fólico, ni megadosis de Vitamina A. El hambre se quita con comida, y la comida se obtiene de nuestra tierra. El mejor programa para hambre cero es una reforma agraria.

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